"De mieles e hieles"
-La ilusión de la Libertad-
Junto con la "Igualdad" y la "Justicia", la "Libertad" es una de esas utopías perseguidas; pero que nadie consigue atrapar, en la realidad.
Tan solo se trata de una mera ilusión que oculta la terrible verdad de que todos, de un modo u otro, somos prisioneros del Mundo, de nuestro propio Cuerpo y de los Estados sociales de Authades, el Tiempo que devora a sus hijos.
Hace ya más de un mes, en un descuido intolerable, mi gata Cloe se marchó de casa en busca de su libertad, buscando nuevas aventuras, huyendo del trajín de una escandalosa mudanza. Se ve que no regresó, no porque no quisiera sino porque se extravió y dado que todos los adosados del Pueblo son casi idénticos, anduvo de acá para allá comiendo el pienso que los vecinos tienen a bien ponerle a los gatos callejeros.
Montalbo podría decirse que es un Pueblo de gatos. Gatos que mantienen a raya a los roedores que esquilman los cultivos.
Cloe nunca regresó a casa; pero siempre estuvo muy cerca, nunca a más de dos o tres manzanas. Gracias a unos vecinos pudimos saber dónde estaba y anoche me acerqué al lugar por donde merodeaba y la esperé, sentado, ofreciéndole unas chuches, para que saliera de debajo del auto donde se había refugiado.
Al principio le costó recobrar la confianza; pero enseguida se dejó coger por mí para ser introducida en el transportín. Solo fue cuando llegamos a casa que pudimos comprobar que aunque su pelaje estaba límpio e intacto, se encontraba en los huesos.
Mi Cloe había pasado hambre, mucha hambre. Había saboreado las mieles de la libertad; pero también había sufrido las hieles de sus inevitables consecuencias.
La Libertad no solo es una utopía sino una perfecta entelequia imposible de conseguir, dado que somos esclavos de casi todo. Porque no solo somos esclavos de nuestros actos individuales y colectivos sino también de las necesidades biológicas de nuestro Cuerpo, así como de las necesidades económicas de nuestra Sociedad.
Es como si viviésemos en una Prisión de diferentes niveles de profundidad, aunque parecieran no existir los barrotes, estos se encuentran muy presentes desde el instante en que comenzamos a ser conscientes de nuestro lugar y misión en el Mundo; es decir, que la Libertad, tal y como mentalmente la conocenos, en éste Mundo es una imposibilidad manifiesta.
Como no podemos preguntar a Cloe, ¿cuál ha sido su experiencia, durante este mes de aparente libertad?, no nos queda otra que, como siempre hacemos los humanos, imaginar los posibles acontecimientos. El problema es que, aunque intentemos evitarlo, nuestra perspectiva siempre estará determinada por nuestra condición de humanos.
Existen muchos mitos creados acerca de la inteligencia y memoria de los gatos, basado en acontecimientos, se dice, reales; pero lo cierto es que un gato casero que sale por primera vez a la calle e imprudentemente se lanza a la aventura de la exploración, tiene muchas probabilidades de extraviarse y no saber volver a la comodidad de su prisión involuntaria.
Así sucedió con Cloe y muy probablemente sea lo más común entre todos los gatos extraviados. Pensamos, inducidos por las películas de Disney, que pudo comenzar un viaje de retorno a su antiguo hogar, a más de ciento veinte kilómetros; pero lo cierto es, que nunca estuvo más lejos de una Hectárea de su Casa.
Montalbo pertenece a Castilla la Mancha y es un lugar de cultivos intensivos. Esto da por para que los roedores merodeen, por el Territorio, a sus anchas; de hecho, podría decirse que los conejos son en la Región una plaga. Eso podría hacernos pensar que nuestra gata ha podido sobrevivir cazando a cualquiera de los miles de roedores existentes en la Zona; pero un gato casero posee muy pocas probabilidades de sobrevivir cazando a otros pequeños mamíferos y eso, porque no tuvo una madre que pudiera enseñarle a cazar.
Durante su extravío pensamos en diferentes opciones referente a su pérdida. Que si podía encontrarse secuestrada por algún vecino que se hubiese enamorado de su belleza y de esos almendrados ojos azules. Que si, pasando por los patios, algún perro del vecindario hubiese acabado con su frágil vida, dada la confianza que tiene Cloe hacia los perros, por haber vivido siempre entre ellos. Que si podría haberse convertido en la presa de algún zorro salvaje o avecde presa, animales que también hay por aquí, o hubiese sido mordida por alguna víbora venenosa, tan común en la Región.
La gata, aunque se encontraba en los huesos, no aparentaba ningún tipo de maltrato o signos de lucha con otros gatos de la zona. Esto quiere decir que ha venido alimentándose de lo poco que ha podido tomar de aquí o de allá, dado que el vecindario tiene la costumbre de alimentar a los gatos callejeros, en tanto que los consideran una suerte de policía forestal, necesaria para mantener a los roedores a raya.
Así Cloe saboreó las mieles de su libertad; pero también comprendió que la Libertad es más que un privilegio, una maldición cargada de hieles y pesares. Así, pudo más en ella el recuerdo de su plato de comida siempre lleno, de un arenero limpito y de unas chuches de gran sabor y poder alimenticio, que del disfrute de poder hacer de su capa un sayo e ir por la vida a salto de mata, sin conocer si acabará el día con algo de alimento en su estómago. Bueno, es el precio a pagar por la sensación ilusoria de un pequeño grado de libertad.
Lo cierto es que todos estamos interconectados con todos y todos dependemos los unos de los otros. La libertad absoluta no existe del mismo modo que es imposible que nuestras manos pudieran llegar a ser independientes de nosotros.
Todo lo bueno conlleva una cierta cantidad de mal, así como lo que consideramos como malo siempre nos proporcionará experiencias positivas. Así, la hiel y la miel siempre van dados de la mano.
Aralba R+C
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