domingo, 3 de diciembre de 2023

66.- El Diablo no existe

  "El Diablo no existe ¿O sí?"


-Los egos de la Personalidad y la Ley de Acción/Reacción-


Supongo que todos sois conscientes de que la Rosacruz no predica a favor de Satanás, el Diablo de las iglesias; sino que, por el contrario, abandera su natural inexistencia; pero el efecto; es decir, las consecuencias de lo que denominamos Diablo, es una Realidad manifiesta.


Dicho de otro modo, nadie está diciendo que esos efectos diabólicos no sean ciertos. Lo son y mucho. Otra cosa es ese otro nombre, de Lucifer, del que hemos hablado largo y tendido, que es Obra manifiesta de los primeros padres de la Iglesia de Roma.


Dicho todo lo anterior, cuando Jesús hablaba de un enjambre de demonios habitando en un Poseído, expuesto en las escrituras como Legión, es una realidad que se produce cuando en la Personalidad se pierde el liderazgo egoico y comienza la gobernanza del Caos y donde los egos se dan de tortas por ocupar la cúspide del Poder. Éste caso puede ser evidente o muy evidente y puede ser interpretado, por la Religión, como "Posesión Diabólica" o por la Ciencia psicológica como "Síndrome de Personalidad Múltiple".


La Religión insiste en la Posesión demoníaca en tanto que algunos extraños efectos, como hablar en diferentes lenguas distintas a la natural, lo consideran como ejemplo manifiesto de una intervención diabólica; pero lo cierto es que los miles, cientos de miles y millones de egos que cohabitan en nosotros, manifestándose, algunos, mediante la Personalidad, sí, aquello que imprime nuestro Carácter, tienen acceso a la Memoria de la Tierra, los famosos planos akashicos de la Teosofía y, tanto, pueden tomar la Personalidad de algún Personaje extinto, aunque conocido, como hablar lenguas conocidas o desconocidas, activas o ya perdidas para la Historia del Hombre.


Ciertamente, cuando ésto sucede, si la Persona es religiosa, suele tomar tintes religiosos relacionados con símbolos eclesiásticos y personajes míticos, como Satanás, bien conocidos de los feligreses. Se trata de un tema de autoconvencimiento. 


Cuando la Persona no es religiosa, cosa muy habitual en nuestros días; pero está influenciada por las nuevas mitologías, como es el caso de los ovnis y dimensiones paralelas, se suceden los casos de abducciones extraterrestres o de visitantes nocturnos de otros planos existenciales; pero, en realidad, no dejan de ser lo mismo. 


Cuando el sujeto no está influenciado ni por sus creencias religiosas o mitológicas, el fenómeno queda encuadrado dentro de los fenómenos, meramente, psiquiátricos.


Todos, a estas alturas, conocemos que toda acción produce una reacción y que cada causa produce un efecto. Pues bien, tanto la reacción como el efecto pueden ser inmediatos, a corto, medio o largo plazo. Cuando esto se produce en la inmediatez o en el corto plazo somos capaces de discernir la causa que los ha producido; pero si estas reacciones o efectos se producen en el largo o muy largo plazo, la mayoría de nosotros somos incapaces de determinar que causa los produjo.


Así, en el último caso, nuestros pesares o los atribuimos a la mala suerte o a la existencia de un Demonio que va por ahí poniéndonos, a cada momento, la zancadilla; pero como podéis ver todo es mucho más simple y a poco que investiguemos indagando en nuestra memoria, con nuestra inteligencia, seremos capaces de descubrir, más pronto que tarde, la Causa que produjo nuestra Desgracia. No existen seres malévolos, externos a nosotros, que estén empecinados en convertir nuestras vidas en un auténtico Infierno.


En ese sentido; pero solo de forma figurativa, es cierto que al Demonio lo llevamos dentro de nosotros y que no se trata de una malévola Entidad exterior. De hecho, eso que denominamos, en la Tradición Cristiana, como Demonio, Diablo o Satanás y Lucifer, si les otorgamos nombres propios, no son otra cosa que una manifestación caótica de una sección de nuestro Ego; es decir, una facción, en busca del control, de nuestra Personalidad.


En tanto que esa Personalidad desestructurada se encuentra bajo la égida del caos, sus acciones, muy difícilmente, suelen ser positivas y, por el contrario, atraen casi siempre la Desgracia. El Mal, o la Desdicha siempre son la manifestación de que algo no funciona bien en la estructura de la Jerarquía egoica; dicho de otro modo, de la Personalidad. Si la manifestación de ésto es leve se ve como un simple desajuste psicológico; pero si conlleva graves consecuencias, por regla general, se achaca erróneamente a fuerza externas a nosotros mismos.


Así, podemos decir que Satanás es el ego disidente que aspira a liderar la Personalidad y su legión de demonios no son otra cosa que los egos que apoyan dicha disidencia; pero si pudiésemos observarlo, del lado contrario, el hecho se repetiría; pero desde el otro punto de vista en tanto que al actual Líder, el Ego, dada su debilidad y malas decisiones puede ser tomado como alguien válido para ser destituido; se trataría de un Estado de Personalidad fallido. Por lo tanto, no estamos hablando de buenos o malos ni de bien o mal, sino de egos enfrentados por ocupar un Poder inestable y que está pidiendo a gritos un relevo en el mando. El problema, en casi todos los casos, es que la transición de un liderazgo a otro no se produce sin lucha; una lucha fratricida que produce muchas bajas, destrucción de egos y, al mismo tiempo, una ausencia temporal o permanente, según los casos, de liderazgo.


Por lo tanto, Querido Amigo, si en algún momento has pensado que pudieras estar poseído por el Diablo y sus legiones de demonios, tranquilízate, respira dos veces y vuelve a leer lo que aquí te escribo. No te sucede nada extraño y solo piensa un poco. Quizá ha llegado, en tu caso, un relevo del liderazgo de tu personalidad. Mientras más fuerces que eso no se produzca, más dolor y sufrimiento acarreará. Por favor, no te dejes engañar por falsos mitos, ya sean religiosos o pseudo filosóficos y afronta tu situación con entereza y valentía. Satanás y sus legiones no te han poseído ni los extraterrestres se te presentan por la noche para llevarte a sus naves y realizar terribles experimentos en tu cuerpo. Todo sucede dentro de tí por la acción de los millones de seres que conviven en tí y de los que tu Personalidad es depositaria.


El Ego, los egos, la Personalidad existe porque vivimos en un mundo material y poseemos un cuerpo material y que no es otra cosa que un androide biológico que funciona como vehículo contenedor del Alma. Una Alma que no es otra cosa que Cristo, una Divinidad eterna e Inmortal y que es uno con el Padre, el denominado, por los gnósticos, como el Pleroma, la Plenitud, el Todo o el Uno, dado que ni fuera ni dentro de Él existe otra cosa que sí mismo y ese sí mismo es lo que tú y yo somos. Por lo tanto, fuera fobias, fuera estrés, fuera realimentaciones mentales, fuera obcecación o paranoias diversas. Nadie te persigue, nadie busca tu mal o tú destrucción; es solo cuestión de ansiedad. Una ansiedad que deberás desterrar de tu Corazón y que lo puedes hacer si todo lo que acontece lo asumes como algo natural y puesto, por tí mismo, con la única intención de adquirir experiencias necesarias.


Aralba R+C


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