sábado, 25 de noviembre de 2023

36.- Fecha de caducidad

  "Fecha de Caducidad"


-La Guerra contra el Mal-


El Mal está asentado en el Poder gracias a que controla, como un marionetista, a aquellos que, de un modo u otro, gobiernan el Mundo. 


El error de la mayoría de la gente es que se lo toman como una cosa personal. Esos personajes que tanto mal han hecho y siguen haciendo a la Humanidad y al Planeta, a pesar de estar poseídos por el Mal, no son conscientes de sus acciones; e incluso, muchos de ellos, creerán que todo lo hacen, como un mal menor, por el bien de todos.


Todos venimos al Mundo con una suerte de código de barras donde vienen grabados, a grandes rasgos, los acontecimientos más importantes de nuestras vidas; así como nuestro final en el Mundo, el cumplimiento de nuestro Destino; ahora bien, los rasgos particulares, la letra de esos capítulos imprescindibles la escribimos nosotros mismos con nuestras acciones, omisiones y, ojo, pensamientos; es decir, de que tenemos fecha de caducidad, no existe alguna duda; pero la calidad de vida de esa existencia, depende exclusivamente de nosotros, de nuestro Libre Albedrío.


Como guerreros de Cristo; nos encontramos en la obligación, absoluta, de Predicar el Evangelio; es decir, de mostrar la Verdad que una pesada niebla de engaños ancestrales nos viene ocultando.


Es verdad, en nuestro caso, viene reflejada en todo nuestro Trabajo, unas veces sinuosamente velada y en otras descaradamente visible. Ésto, como no puede ser de otro modo, nos convierte en una diana muy visible para los agentes del Mal.


Desde que perdimos nuestro miedo a hacer el ridículo y comenzamos a mostrar, al Mundo, la Información que nos llegaba más como un diluvio que como un chaparrón, no hemos dejado de ser atacados por el Mal y esto, mis amigos, no es paranoia. Así, he padecido varios síncopes que terminaron con una angina de pecho que nos viene acercando a nuestra exacta fecha de caducidad; pero el Mal, conoce que esa Fecha Escrita en el Libro del Destino, no puede adelantarla y, al ver que los ataques contra mi Persona, para que deje de exponer la Verdad, no surten efecto; como no podía ser de otro modo, ataca a las personas más queridas y cercanas a nosotros con el fin de que perdamos el control de nuestras emociones y desistamos de seguir denunciando el engaño al que está sometido el Ser Humano y, por consiguiente, la Humanidad.


Sí, lamentablemente hoy mismo, de madrugada, a las siete de la mañana, tuvo que venir una ambulancia para llevar al Hospital a mi amada esposa como consecuencia de repetidos desmayos por culpa de una brutal caída. Gracias a Dios todo ha quedado en un tonto susto sin que, al parecer hayan quedado consecuencias; es decir, no ha habido roturas, fisuras ni contusiones cerebrales; pero, durante un tiempo, éste que les habla y que, arrogántemente, parecía un Hombre sin miedo a los ataques del Mal, ha sentido verdadero miedo, debo de reconocerlo aunque me pese. 


La verdad, aunque temía que cosas así podrían pasar, no lo esperaba y he descubierto mi fragilidad de cristal.


Los arcontes siempre actúan así, cuando conocen que sus ataques directos van a resultar infructuosos. Yo había perdido el miedo a morir; pero no conocía como reaccionaría ante el grave peligro de una Persona Querida, muy querida y amada.


Les dije que los arcontes no poseen poder sobre nosotros, en tanto que solo son algoritmos de programación, mera información, y es cierto; pero su manipulación sobre los humanos arquetípicos dormidos puede hacer que el poder arquetípico sea desviado, como arma arrojadiza, contra sus objetivos; es decir, es nuestro propio rencor, nuestro odio, nuestra fijación por hacer daño, nuestra envidia a otros humanos, lo que produce los efectos del Mal. 


Los arcontes no tienen verdadero poder ni sobre tí ni sobre mí para hacernos daño de forma directa; pero sí puede manipularnos, a tí y a mí, en caso de que aún no nos hubiésemos despertado, con el fin de que nos  hagamos daño mutuamente.


Queridos amigos y amigas, los pensamientos pueden hacer tanto daño como la flecha de una ballesta porque aunque creamos que son inócuos, lo cierto es que proceden de seres, con Espíritu Creador, nosotros. Y esas creaciones pueden ser utilizadas tanto para hacer el bien y curar a los enfermos, como hacen los rosacruces, como para dañar a aquellos que, errómeamente, consideramos a nuestros enemigos. 


Ese daño, esa flecha de ballesta, puede ser lanzada en estado de Vigilia, mediante el conocido como Mal de Ojo, o durante el sueño obsesionándonos con dañar a nuestro Objetivo.


Los arcontes se aprovechan de nuestra ignorancia, de nuestra falta de recuerdo de lo que en realidad somos: "órganos de un mismo Ser", elementos imprescindibles de un único Todo. Bien, esa misma ignorancia es la que permite que los penitentes se flagelen con un silicio en el muslo o con un látigo en la espalda hasta hacerlos sangrar. 


Es un sinsentido intentar castigarnos por algo que desconocemos. Y, cuando atacamos, por odio, rencor y desprecio, a nuestros semejantes es por ignorancia, y esa ignorancia, falta de nuestro recuerdo divino, es la que utilizan los arcontes para que nos dañemos entre hermanos y hermanas.


Es importante que quienes enfocan su odio en otras personas conozcan ésto, porque el odio que emiten contra otras personas, ellos mismos lo reciben debidamente amplificado. No puedo conocer, me es imposible saberlo, que poder anónimo sigue intentando dañarme, de forma directa o mediante mis más amados allegados; pero desde aquí publico, con voz fuerte y en alto, que no conseguirán su objetivo; que vuestro Servidor seguirá publicando la Verdad a éste mundo, quienes somos e incluso, cuál es el verdadero Hogar de donde venimos.


Querido Amigo y Amiga, de veras que no siento rencor hacia ustedes si han focalizado su desprecio hacia nuestra Persona y ese Poder, que ustedes tienen, ha sido utilizado contra nosotros, sin su consentimiento, por las fuerzas arconticas que no desean que el Ser Humano despierte; es decir, que se haga pública la Verdad; pero te invito, os invito a que reflexionéis acerca de que odiando.o envidiando a uno de vuestros iguales, solo conseguís convertiros en inconscientes marionetas de vuestros propios egregores; aquellos arcontes que el Demiurgo programó cuando tú, yo y todo aún éramos él.


No utilices el Poder del Pensamiento para dañar a otros porque recuerda que el mayor daño te lo haces a tí mismo porque tú y yo somos la misma y única Cosa.


Aralba R+C   



No hay comentarios:

Publicar un comentario