"¡La Enfermedad es mental y la Muerte no existe!"
-¿En realidad no existe un Destino escrito por nosotros antes de nacer?-
Algunos de los que pasan por nuestro Colegio, de forma casual, sin haber leído nuestros anteriores escritos e impulsados por los titulares de nuestras reflexiones, sin haberlas leído, saltan como un resorte y exponen, en palabras lapidarias, cosas que, o ya hemos repetido en nuestras aulas hasta la saciedad o; por el contrario cosas que van totalmente en contra de la Filosofía de éste Lugar.
En ambos casos, nuestra administración, con buen criterio, elimina los comentarios y expulsa ipso facto a sus autores. Esa es la ordenanza que tienen. Ésto no se hace de forma personal sino porque se trata de interferencias inaceptables para éste Lugar y que, en numerosas ocasiones, hemos denunciado sin mucha suerte, ya vemos.
Por cierto, nuestros administradores lo seguirán haciendo y eliminarán a todos aquellos que desistan de comunicar con ellos, cuando se les conmine, con el fin de llevar a buen puerto nuestra vocación Docente. Aquí no se busca, en absoluto, el aumento de membresía.
La Enfermedad, en éste Mundo es mental como todas las cosas; en tanto que, como dice Hermes "Todo es Mente"; que la Muerte no existe es algo obvio en tanto que no existe un fantasma cadavérico armado con una guadaña y que se pasea por el mundo zajando almas; en éste sentido, la muerte no existe como tampoco como un concepto de desaparecer en la Nada para siempre. Si alguna vez hemos dicho alguna de éstas cosas, por favor, ruego que se nos corrija con argumentos y, os aseguro que si tengo que pedir disculpas así lo haré; pero estamos utilizando palabras a las que se les concede diferentes sentidos.
Pues claro que existe la enfermedad, aunque se trate de una ilusión mental, del mismo que existen los leones para las avestruces. Convenza usted a un avestruz de que no corra frente a un león cuando lo vea venir, en tanto que el león es algo mental. No sé si entienden lo que trato de mostrar.
Una cosa es conocer que vivimos en el mundo Ilusorio de Maya, donde todo es una ilusión mental materializada y otra, muy distinta, decir que nuestros actos y omisiones ante dichas ilusiones, no tienen consecuencia alguna, aunque se trate de consecuencias ilusorias.
Por el mismo motivo, del lenguaje; la muerte puede significar los conceptos manidos ya indicados; pero, aquí, quien nos conoce, sabe que la palabra "Muerte" la utilizamos en el sentido de transición inmediata o portal conducente del Alma Inmortal a otro plano, dimensión o mundo. Claro, para nosotros, independientemente de cómo otros usen el Término, la muerte no es algo definitivo sino un término para definir el Paso de un Plano Dimensional a otro diferente; ya sea en el Plano temporal, espacial o espacio temporal.
Nosotros, en nuestro Colegio, respetando todas las opiniones, con cariño; sin embargo, no compartimos la idea tradicional de Reencarnación Hindú y preferimos la del Renacimiento Budista, en tanto que vemos la transición del Alma no como un regreso al Mundo del que partió sino como un continuar viviendo, ininterrumpidamente y sin más, en otra Dimensión.
También lo podemos ver, en nuestro Mundo, como "El Día de la Marmota", como si estuviésemos atrapados en el Tiempo repitiendo la misma vida una y otra vez como cuando la aguja de un fonocaptor pasa por el mismo surco de un disco rayado; siempre estaríamos escuchando la misma secuencia musical. Repetimos, eso es lo que sucede en nuestro Mundo debido a una anomalía que algunas religiones conocen como el Pecado Original y de lo que ya hemos hablado harto y tendido.
Si esa anomalía no existiera, el efecto deja vu del simbólico "Día de la Marmota" no existiría y simplemente padsaríamos, sin más, de un mundo a otro diferente como quien cruza el dintel de una puerta.
Venir aquí, de forma tasativa, a decirnos que las almas tienen libre albedrío absoluto y que no existe un Destino previamente escrito por nosotros mismos antes de nacer; es, por decir así, una suerte de insulto a la inteligencia, en tanto que llevamos decenas de años diciendo lo contrario, y nos parece muy bien que existan discrepancias a nuestros argumentos; pero, por favor, no nos tomen por tontos.
Nuestros grupos tanto de Facebook como de Telegram estuvieron durante un tiempo cerrados a cualquier tipo de discusiones, comentarios y aportaciones, porque no estaban sirviendo para el cometido que fueron creados, el transmitir, de la forma más fiel posible, las verdaderas enseñanzas de los rosacruces y lo que algunos espabilados hacían y, al parecer, siguen haciendo es apostillas sus propias creencias dogmáticas, enlazando sus opiniones a otros lugares ajenos a Éste; es decir, a poco que uno sea un tantito espanilado, se da cuenta de que tratan de llevar el ascua a su sardina; es decir, de atraer miembros de nuestros grupos a los suyos.
Decidimos, posteriormente, abrir nuestros atrios al diálogo con el fin, básico, de responder a cuestiones y dudas de los estudiantes y no para convertir éste Lugar en un Sitio de Debate o Crítica a las Enseñanzas del Colegio, en tanto que nada hay que debatir; en todo caso aclarar y si no se siente esto así, me temo que éste no es su Lugar.
Quizá, estas personas, de las que hablamos, ya tengan su propia plaza de debate, su propio Atrio o su propio estrado y si es así, nos parece muy bien; pero no permitiremos que sus respetables ideas, interfieran con las del Colegio Invisible de la Rosacruz, dado que nosotros no vamos a sus lugares a publicitar nuestra Persona e ideas.
Quienes estén aquí, con nosotros, deben de estarlo porque sienten una gran afinidad con nuestras reflexiones y aún conociendo que son libres, de hecho lo aplaudimos, de investigar por todos los medios y en todos los lugares; en modo alguno, vamos a facilitar el que los depredadores entren en Éste estanque a devorar sus truchas; es decir, a confundir las enseñanzas que, con tanto esfuerzo, están descubriendo y que, algún día, los ayudarán a despertar.
Las aportaciones ajenas a nuestro Colegio supone aportar oscuridad a su Luz, a apagar algunas de nuestras luces con el único fin de ser tolerantes con todo y eso no puede ser; en tanto que ni el engaño ni la mentira o el error nunca deben de ser tolerados, aunque sean bienintencionados.
Aralba R+C
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