sábado, 25 de noviembre de 2023

34.- Iniciación e Iluminación

  "Iniciación e Iluminación"


-El eureka del Despertar a la Verdad-


"Eureka (en griego εὕρηκα héurēka, "¡Lo he descubierto!"; perfecto indicativo de εὑρίσκω heurískō, ‘descubrir’) es una famosa interjección atribuida al matemático griego Arquímedes de Siracusa"

(Wikipedia)


Aunque venimos utilizando los términos Iniciación e Iluminación como sinónimos, esto no es exactamente, así, en tanto que la Iniciación es un Proceso que puede resultar más o menos prolongado y la Iluminación siempre es el resultado final del Proceso, que se produce de forma instantánea, como si hubiésemos dado a un interruptor y se encendiera una bombilla. ¡Eureka!


Una gran parte de los miembros de los grupos esotéricos, de carácter discreto, creen que sus dramas rituales son verdaderos procesos iniciáticos en lugar de alegorías, resumidas, de la auténtica iniciación que son el Nacimiento, la propia Vida y la Muerte en nuestro Mundo. 


No decimos que no se trate de actos iniciáticos pensados para dar paso a una determinada Organización, que lo son, sino que la realidad es que se trata de alegorías que encubren una verdadera Iniciación espiritual del Individuo, solo, frente a la Vida.


Lo vamos a demostrar explicando, de forma general, el ritual iniciático del Primer Grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado que, en esencia, es el mismo que se utiliza en la Masonería Rosacruz del Rito Egipcio de Menfis Miztaim y, por lo tanto, también, en muchas organizaciones rosicrucianas, paramasónicas, que también utilizan variantes de ésta misma iniciación.


El Drama está dividido en tres partes principales y en la que la segunda, la más larga en el tiempo, se subdivide en cuatro partes que están relacionadas tanto con la naturaleza del Ser Humano y de su mundo como con las cuatro fases de la Vida por las que debería de pasar.


La Primera Parte del Ritual sucede con los ojos bien abiertos en una pequeña dependencia negra que asemeja una gruta con ciertos anagramas dispuestos, como vitriolo, en sus paredes, unos huesos, generalmente una calavera y ciertos productos orgánicos e inorgánico como el trigo, la sal y el azufre.


Pues bien, la estancia en la denominada "Cámara de Reflexión" representa la estancia del Espíritu en el interior del útero materno. Es en éste lugar, antes de vendarle los ojos al aspirante, que se le indica que aún es posible no continuar con el proceso y que podrá marchar del lugar si así lo decide. 


El aspirante a ser iniciado, generalmente, decide continuar y se lo prepara para entrar en el Templo vendándole los ojos, descubriéndole el pecho izquierdo y subiéndole la parte derecha del pantalón hasta las rodillas y calzándole con unas alpargatas, rodeando su cuello con una soga y vendando sus ojos, de tal modo que no pueda ver durante la mayor parte del proceso dramático con el fin de que sienta una sensación de invalidez e inseguridad. La Pregunta de si desea continuar es muy importante y si el aspirante no decidiera continuar representaría un aborto premeditado por el propio espíritu que intentaba iniciarse en el Templo del Mundo; por el contrario, si firma su testamento, se está comprometiendo a pasar por la totalidad del Proceso Iniciático que deberá de producirse en el Templo del Mundo.


La Segunda parte comienza cuando se conduce al aspirante hasta el Templo. Él no puede ver la decoración de la Estancia; pero ésta representa, al Mundo, con sus coordenadas geográficas y sus signos cardinales, el Cielo nocturno estrellado y en el Éste las figuras del Sol y de la Luna. La entrada en el Templo representa el nacimiento del niño para éste Mundo, tras salir del útero materno.


La segunda parte del Drama, como hemos dicho, está dividida en cuatro partes constituidas por las pruebas de la Tierra, del Agua, del Aire y del Fuego; otra forma alegórica de demostrar a los participantes de que el Templo Iniciático es el propio Mundo; pero también representa las cuatro etapas de la vida: la infancia, la juventud, la madurez y la ancianidad. 


Durante todo el proceso de la segunda parte del Drama, el Aspirante, va con los ojos vendados significando la ceguera espiritual y su media desnudez representa que se encuentra en el mundo espiritualmente medio desnudo, en tanto que su Espíritu, aunque vive en él, se encuentra dormido y, en ese sentido, se puede considerar como un Hombre en proceso de formación espiritual. La soga representa que, tras el nacimiento para el Mundo, se encuentra prisionero, por su condición humana y de los elementos que componen su Naturaleza. Es un Prisionero del Mundo. 


Estos cuatro pasos, con sus cuatro pruebas con los elementos, representan el proceso iniciático del Ser Humano en el Templo del Mundo hasta que recibe la iluminación; es decir, que despierta en él el átomo chispa de Espíritu que le permitirá ver, con claridad, la Verdad; esto último representa la Tercera Parte del Proceso Iniciático y no es otra cosa que la Iluminación representada por la retirada de la venda de los ojos del Aspirante, convertido ya, simbólicamente a nivel espiritual, en un verdadero Iniciado.


Evidentemente, en la Realidad, la verdadera Iniciación espiritual, generalmente,  no se produce durante la representación dramatizada; pero deja una impronta en el Candidato que le hará reflexionar durante el resto de su vida hasta que identifique que por lo que ha pasado no es otra cosa que un breve boceto de su propia Vida. Así, el Templo representa al Mundo y las pruebas a las vicisitudes de la Vida.


La Iluminación representa el tercero y último proceso, donde la Iniciación se hace efectiva; es decir la muerte para el Mundo, que es cuando se abren los ojos para la Verdad del Espíritu. Así, la muerte, para los rosacruces, como debería de ser también para los masones, es el verdadero objetivo de todo el Proceso Iniciático y que es cuando se produce la Iluminación del Mundo Superior. El proceso de crisálida ha finalizado y la mariposa surge del capullo de la Vida, con los ojos bien abiertos, como el ave Fénix resurgido de sus cenizas.


Antes de retirarle la venda al aspirante, se le invita, de nuevo, a que si es su deseo puede abandonar el Proceso Iniciático, en tanto que si continúa ya no habrá vuelta atrás. En caso de que el Aspirante decidiera no continuar con la Dramatización, representaría el suicidio voluntario del individuo, una vez dentro del verdadero proceso iniciático de la Vida y ello conllevaría una pérdida muy importante para el Espíritu; pero demuestra la prevalencia del libre albedrío del yo sobre la necesidad del Nacimiento del Alma, en tanto que la Iniciación y el futuro del Alma dependen totalmente de las decisiones tomadas, durante la Vida, del yo.


Una vez que el Hombre ha sido iluminado, la verdad llega hasta él en una tromba imparable y todos los secretos del hombre y del Universo le son descubiertos; es decir, se ha hecho uno con la Gnósis, uno con el Conocimiento Divino y Cristo ha nacido en su Corazón para convertir al medio hombre en hombre completo. Así, al ya Iniciado se le permite retirarse para vestirse correctamente, calzarse y retirar la soga de su cuello, en tanto que ha sido liberado del yugo que supone la Vida en el Mundo; en tanto que la Muerte es la liberadora de nuestra estancia en la cárcel de la Vida. Un nuevo Hombre ha nacido y con él el Espíritu de Cristo, el Maestro Inmortal que todo lo sabe y todo lo conoce.


Recuerda: La Vida es la preparación para la Muerte. Con la Muerte llega la verdadera Iluminación y la liberación de la prisión corporal. La Muerte es el verdadero objetivo final del Proceso Iniciático que supone el haber nacido y el haber vivido.


Aralba R+C  



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