sábado, 25 de noviembre de 2023

32.- Acerca del Suicidio

  "Acerca del suicidio"


-¿Pecado o error del ego?


En primer lugar, quiero dejar claro que aunque los arcontes pudiesen tener algo que ver con la decisión del yo de quitarse la vida; eso no quiere decir, que los arcontes busquen el suicidio o la muerte de la gente. A ellos no les beneficia, en tanto que un fallecido es una fuente de alimento menos.


Respecto al Alma espiritual, nada tiene que ver con la decisión del yo de acabar con su vida. Cuando esto sucede es porque la Chispa de Espíritu, nuestra Alma Inmortal, aún no ha despertado y, por lo tanto, poco puede hacer para evitar que el yo, la Personalidad, acabe con su vida.


Por otro lado, el concepto de pecado es algo procedente de la religión y poco o nada tiene que ver con la Filosofía Rosacruz. El Suicidio, en la Gnósis, no se contempla como un pecado sino como una decisión errónea que perjudica al Alma prisionera del Cuerpo. Los motivos por los que la gente puede tomar la determinación de acabar con sus vidas pueden ser muchas y diferentes; pero siempre están basadas en el desconocimiento; es decir, la ignorancia de lo que somos, de quienes somos, lo que hacemos aquí y cuál es nuestro cometido en la vida. Esas preguntas se disipan con el nacimiento de Cristo en nuestro Corazón y cualquier intento de suicidio desaparece, al ser contestadas dichas preguntas existenciales y tener constancia cierta de que tal hecho es un gravísimo error y una pérdida sustancial de tiempo y pérdida de importantes experiencias.


El Suicidio de un individuo no afecta, sustancialmente, al colectivo, en tanto que tal Colectivo, como unidad existencial, no existe. Cada Individuo, cada Personalidad es todo un Universo en sí mismo y nosostros, en tanto que individuos, al igual que ellos, solo somos reflejos en los otros universos. Me explico…


Cada Personalidad consciente e individualizada es un Arquetipo en su Universo; solo existe él y su programa guionizado, donde el resto de personajes solo son clones de cartón piedra; es decir, cada vida es la propia y sus circunstancias; pero no las vidas de los demás, en tanto que cada una de esas vidas, individuales, no dejan de ser otra cosa que arquetipos en sus propios universos y donde nosotros, como meros reflejos, no dejaremos de ser otra cosa que meros personajes de una interpretación magistral.


Nuestro Universo; es decir, nuestro Drama de la Vida transcurrirá tal y como lo hayamos programado en nuestro guión, no en el guión de otras personas, sino en el nuestro propio y así también, a la inversa, en caso contrario. Si algo no está previsto en nuestro guión; pero sí en el de otros, tales acontecimientos no nos afectarán en nuestro Universo y, ni tan siquiera seremos conscientes de ello. Solo tendremos conciencia de aquello que nos deba de afectar con la intención de adquirir experiencias programadas.


Hazte cuenta de que existen tantos universos paralelos, funcionando simultáneamente; pero sin interferencia, como individuos existan. En cada uno de esos universos solo existe un Yo protagonista y el resto solo son personajes secundarios. Tú y cada uno, somos esos arquetipos protagonistas de nuestros universos y lo que suceda en ellos será de lo que tengamos que ser conscientes; el resto de acontecimientos sucederán en los respectivos universos particulares de aquellos que deban ser conscientes de tales experiencias. 


Nuestro Mundo no es exactamente igual que lo percibimos con nuestros sentidos. Somos algo así como incontables universos, con sus yoes, interaccionando entre sí, en diferentes planos existenciales; pero cada uno de ellos interpretará el papel que le corresponda interpretar en cada Universo, sin que tenga que ser la misma experiencia en todos ellos.


Tú eres el Protagonista de tu Universo. Cada uno somos los protagonistas de nuestros universos individuales y en nuestro Universo solo ocurrirá aquello que ya esté escrito en nuestro guión individual; pero, sin embargo, podemos interpretar, como reflejos, otros papeles, para nosotros irrelevantes, en los universos de otras personas.


Por lo tanto, el suicidio de alguien afectará a aquellos que lo tengan contemplado en su plan de vida; pero será ignorado por aquellos que no deban de pasar por tales experiencias. Una tal Rosa podrá suicidarse en el Universo de un tal Pedro; pero no suceder o pasar desapercibido en el Universo de un tal Juan y no existir, por completo, en el propio Universo de la propia Rosa.


Así, el hecho de un suicidio puede suponer mera ignorancia, falta de conocimiento del ego o, en otras circunstancias, la actuación de un mero secundario en la historia principal de otro. No hay que preocuparse de cómo podrían afectar nuestras decisiones en determinadas circunstancias, lo cual sería un apego innecesario, sino si somos conscientes de nuestras propias acciones y el suicidio solo nos muestra falta de dicha consciencia o de que nos encontramos ante un clon secundario, cuyas acciones negativas deban de ser importantes en nuestras vidas.


Aralba R+C


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