sábado, 25 de noviembre de 2023

37.- La forma de enfrentar al mal

  "La forma de enfrentar al mal"


-Aceptarlo, asimilarlo y transmutarlo-


Durante todos estos años me han leído que el Mal no existe; pero de vez en cuando realizamos alguna reflexión de cómo enfrentar al mal. Entonces, ¿En qué quedamos, existe o no existe el Mal?


El Mal existe; pero no como, en general, se lo compla; es decir, como una pura psicopatía autosustentada en sí y por sí misma; es decir, lo que se denomina como Mal Puro. Eso no existe. 


Lo que denominamos, por acá, como mal es el error producido por la ignorancia; dicho de otro modo, por haber perdido los recuerdos de nuestra Condición Divina.


En un Mundo Bipolar, gobernado por unas entidades "artificiales" que están programadas para mantener esa bipolaridad existencial, es natural que no siempre los asuntos se encuentren en el punto cero; es decir, ni positivo ni negativo, neutrales. La polaridad conforma una forma de onda tipo, más o menos, senoidal que oscila entre valores negativos y valores positivos.


Si nos aferramos, exclusivamente, a la parte positiva o a la negativa, estamos yendo contra nátura y más pronto que tarde, la natural fuerza de la bipolaridad, por su diferencia de potencial contenida, nos dará una fuerte sorpresa, generalmente ingrata.


El Conocimiento, Gnósis, de que la naturaleza es bipolar es importante para entender que en éste Mundo no podemos permanecer en un Estado paradisíaco, estático y neutral, sino que, cada cierto tiempo, tenemos que pasar por rachas negativas y que deberemos de afrontar del mejor modo posible, ahora vemos; es decir, no aferrarnos solo a uno de los polos y aceptar, con naturalidad, los pases contínuos de un polo a otro. De dicho modo, no se acumulan, en nosotros, las cargas positivas o negativas para después sorprendernos con un abrupto salto de una polaridad a la siguiente.


En éste sentido, de onda senoidal, Max Heindel 'el Creador de la Rosicrucian Fellowship" decía que el Mal es siempre Bien en formación; y nosotros matizamos diciendo que para llegar al bien, inexorablemente, hay que pasar por el mal, e inexorablemente, del mismo modo, debemos de aceptar que ese bien deberá de retornar a su lado negativo y al que, creo que erróneamente denominamos como mal. 


Así tenemos, primero, la aceptación de que esas oscilaciones, dentro de éste Mundo bipolar, son perfectamente naturales; pero quienes poseen la Gnósis, aunque sea en un pequeño grado, conocen que hay que suavizar esas graduaciones entre lo positivo y lo negativo y entre lo negativo y positivo. Para ese fin, se debe de conseguir el estado Chrístico en Occidente o Búdico en Oriente, en donde las transiciones entre las dos polaridades es tan suave que no hay constancia de la existencia del Mal; dicho de otro modo, hemos transmutado en nuestro interior el mal y se ha transformado en bien. Recuerden: "El mal es bien en formación"


Dicho lo cual, esto no significa que debamos de conformarnos con pasar por esos estados de polaridad aceptando que unas veces seremos buenos y otras malos; eso sería como esconder la cabeza en un hoyo, antes los problemas, y aceptar los sucesos porque Dios así lo quiere.


Nuestra situación ante las transiciones debe de ser pasiva; pero, al mismo tiempo, activa. Pasiva, en el sentido que se entiende en el Tao; pero activa en el sentido de no oponernos a las transiciones o de oponernos igualmente; es decir, en tanto que seres creadores y divinos, tenemos la particularidad de asimilar, dentro de nosotros como si fuese alimento, el mal para que el fruto que salga de nosotros no sea otro que el bien.


Ésto, dicho con palabras, queda muy bien; pero debemos de ser realistas y reconocer que ni aquí nos podremos convertir en santos, ni tampoco convertir el Mundo en algo parecido al Cielo; entre otras cosas porque el Mundo es ilusorio y un mero reflejo imperfecto de nuestro Hogar Original como Espíritu unificado en el Mundo de las Ideas de Platón, el Pleroma de los gnóstico y el Cielo o Paraíso Original de todas las religiones.


Cuando enfrentes el mal, no lo alimentes confrontándolo con fuerza sino deja que penetre hasta lo más profundo de tus entrañas y asimílalo, con el fin de que Cristo lo transmuta y en el siguiente semiciclo salga como lo que es, Bien; es decir, la idea es dejar que los semiperiodos de la onda negativa transcurran dentro de nosotros para, a continuación, dejar que la parte positiva salga al exterior.


A primera vista, podría parecer que si asímliamos el Mal, lo fagocitamos o comemos, podría convertirse, dentro de nosotros, en una suerte de terrible enfermedad; pero eso solo sucede en el caso de que aceptáramos ésta verdad, de mala gana, simplemente como un dogma o doctrina inapelable; pero cuando se acepta de buena gana y con espíritu Crístico y conocimiento gnóstico, la parte polar negativa de la Onda, se transforma, dentro nuestro, en puro alimento y en pura medicina, en tanto que los seres humanos, entre otras funciones, estamos diseñados para cumplir con ese cometido, como los gatos que transmutan la negatividad de los lugares que ocupan. 


Aceptemos el mal del mismo modo que una amorosa madre acepta los bruscos cambios de humor, los berrinches, de su Bebé. En eso está la clave.


Haciendo ésto, estamos desactivando las intenciones de los arcontes cuando dirigen hacia nosotros, con el fin de dañarnos, las flechas de los arquetipos humanos que se encuentran dormidos. Con esta actitud, esas flechas de energía, en lugar de dañarnos nos alimenta y fortalece, además de devolver hacia el exterior, como final del Proceso, bien por mal. Ama a tus semejantes, porque tú no tendrás enemigos, en tanto que tú no des cabida a esa enemistad en tu Corazón.


Aralba R+C


Aralba R+C


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