"Atlantes, Rosacruces y mundos paralelos"
-Nunca digas que algo es imposible, existiendo mundos infinitos-
Ciertamente existieron otros mundos en éste nuestro mundo, con otras humanidades distintas y otras civilizaciones; pero solo nos queda un recuerdo germinal a nivel genético. De vez en cuando, algunos alumbrados son capaces de vislumbrar retazos dispersos de esos recuerdos olvidados. Así Allan Kardec o Rudolph Steiner pudieron visitar esa Memoria de la Tierra y que, también, es parte de la Memoria del Universo, del Multiverso y, por lo tanto, del Éter del que está compuesto la totalidad del Pleroma.
No es nuestra intención, por lo tanto no lo haremos, repetir aquello que dijeron, esos iluminados del pasado, acerca de las épocas hiperbórea, lemúrica y atlante. Ya se ocupó el Maestro Max Heindel de divulgar, dicha Clarividencia, mediante su Concepto Rosacruz del Cosmos.
En modo alguno diremos, por ejemplo, que sus visiones y las de su Maestro, Rudolph Steiner, estaban equivocadas; entre otras cosas porque, como venimos afirmando, cualquier cosa es posible en un Mundo de múltiples dimensiones. Si algo no ha sucedido en nuestro actual Plano de existencia, es más que probable que sí haya sucedido en otro Universo Paralelo de una Dimensión diferente a la nuestra.
Así, no solo es aceptable, sino también muy probable que mucha de la clarividencia de los alumbrados se deba a interferencias, en nuestro Mundo, de otros mundos que conviven, con el nuestro, de forma simultánea; pero sin tocarse, ajenos a la existencia del Espacio Tiempo.
Así, hemos repetido en diversas ocasiones que los primeros rosacruces también fueron los primeros seres conscientes de su propia existencia. Con ello no estamos diciendo, en absoluto, que el nombre de la Rosacruz ya existiera en tan remota época; pero sí que el Espíritu de lo que entendemos, hoy, como Rosacruz ya se encontraba presente mediante la mente de nuestros antepasados espirituales; ya fueran estos insectos, reptiles o mamíferos; ya se tratara de tan lejanas e inhumanas épocas como la Hiperbórea y Lemúrica o de la más cercana y humana Atlante o Tartésica.
El rosacrucismo de la Civilización Atlante no quedó enterrado tras el cataclismo global que arrasó a gran parte de la Humanidad y que terminaría ocasionando una Edad de Hielo en el Periodo Geológico conocido como el Cuaternario. Ese Espíritu Rosacruz de búsqueda del Hogar Celeste seguía grabado en los pocos supervivientes que sobrevivieron al desastre, de procedencia estelar, y que serían los responsables de recrear nuevas civilizaciones humanas en Sumeria, India, China, Egipto y Grecia.
La añoranza por nuestro antiguo Ser olvidado, Ciudadano del Pleroma e iguales a los eones, ha permanecido latente en nuestros genes, desde que éramos seres unicelulares, pasamos a ser inteligentes insectos, en una Humanidad completamente diferente, reptiles gigantescos en una posterior Era Geológica capaces de realizar construcciones ciclópeas y que han terminado siendo sepultadas, en lo más profundo de la Tierra, tras el paso de las eras y los bruscos movimientos telúricos de nuestro Planeta.
La Iluminación Rosacruz supone el recordar que éste no es nuestro Mundo de origen sino algo provisional y necesario para conseguir nuestra restauración como los seres celestiales que nunca hemos dejado de ser.
En ese sentido, la mera añoranza es solo el primer paso, el punto de partida para recordar nuestro origen cosmológico; y esa, denominada añoranza, es provocada por nuestro Átomo Simiente Divino que se mantiene dormido, mediante una latencia permanente, en el interior de los genes de nuestras humanidades pasadas y también de la actual y directa heredera de la poderosa y desaparecida Civilización Atlante. Una Civilización que no solo no tenía nada que envidiar a nuestra tecnología actual; sino que se encontraba muchísimo más avanzada, utilizando medios biológicos más que tecnológicos procedentes de la investigación electrotécnica.
Una Civilización que, sin semiconductores, basada en el conocimiento de la naturaleza viva de los cristales podía comunicarse a distancias globales mediante los mal denominados como espejos mágicos. Unos avances tan excepcionales como poder viajar por el aire utilizando combustibles desconocidos y cuya esencia se encontraba en lo que hoy conocemos como el mercurio. Una Civilización tan extremadamente avanzada que podía transmitir la Luz permanente, y la electricidad, a distancia sin la necesidad de utilizar conductores eléctricos. Quizá, el propio Tesla, como gran visionario que era, vislumbraba la posibilidad, proveniente del pasado, de algo que hoy tan solo estamos rozando.
La Civilización Atlante desapareció de la faz de la Tierra al acercarse demasiado a nuestro Planeta un Planetoide procedente de las partes más externas de nuestro Sistema Solar. Eso hizo que la Tierra cambiará su posición orbital y que las aguas se elevaran de los océanos mediante gigantescos tsunamis. Toda la estructura interior de la Tierra se desgarró y mucha Tierra se inundó, mientras que otras que, anteriormente, estaban sumergidas surgieron de entre las aguas dando lugar a nuevas tierras que poder ser habitadas; pero ese cataclismo acabó con toda una Cultura y Civilización, quedando meros retazos en lugares que hoy se consideran como los lugares donde se originó nuestra actual civilización.
No fueron extraterrestres quienes nos enseñaron a cultivar y construir edificaciones, fueron nuestros antepasados atlantes quienes, dentro de sus posibilidades, intentaron rescatar lo más básico de su civilización; pero toda su tecnología biológica y basada en la vibración de los cristales se perdió para siempre, o quizá no, en tanto que Hoy, mediante procesos más burdos, mediante nuestra tecnología electrónica venimos reproduciendo algunos de aquellos antiguos adelantos y que, debido a la catástrofe global, no pudieron llegar hasta nosotros.
Después de las masivas inundaciones, debido a los extertores producidos en capas profundas de la Tierra vino una Glaciación global que paralizó, durante un tiempo muy prolongado, el avance de la Humanidad hacia unas nuevas civilizaciones, surgidas de las cenizas de la Civilización anterior.
Pero ese Conocimiento de la Rosacruz, repetimos su Espíritu, mediante la añoranza por un Mundo Perdido, ha permanecido, con nosotros, hasta la época actual, cuando ya somos muchos los que conocemos que éste es un mundo provisional a modo de taller de reparaciones y hospital donde nos repongamos de nuestra pérdida de Memoria para dirigirnos, con paso firme, a la cumplimentación de nuestro Destino, unirnos al conjunto de los eones celestiales mediante nuestro regreso al Pleroma, nuestro verdadero Mundo de origen.
Arthur C. Clarke, el famoso Científico que ideó los satélites geoestacionarios y creador de la Obra literaria "2001 una Odisea del Espacio", dijo que cualquier avance tecnológico del futuro sería indistinguible de la Magia. En ese sentido, sí que podemos asegurar que los antiguos atlantes fueron grandes magos, como magos también eran los sacerdotes de la antigua Caldea mesopotámica. En realidad se trataba de una verdadera Ciencia que aún hoy somos incapaces de comprender en su totalidad y de reproducir.
Nosotros somos los herederos naturales de la Civilización Atlante; pero no pudimos conservar la totalidad de su conocimiento científico; es decir, mágico y, sin embargo, nuestros avances tecnológicos han seguido por derroteros bien diferentes y relacionados con el mundo mineral, en lugar del biológico y mental; fruto de ello es nuestra actual tecnología electrónica e informática. Así también el Conocimiento de la Gnósis Rosacruz, su Espíriry, llegó, mediante el Cristianismo, hasta el visionario Valentín Andreae y, hasta nosotros, por mediación de Comenius el Creador de la Didáctica o Pedagogía.
Recuerda, mi Amigo, que tu Linaje Real y el mío propio se remontan hasta la Época dorada de nuestros antepasados atlantes.
Aralba R+C
No hay comentarios:
Publicar un comentario