jueves, 7 de diciembre de 2023

78.- Los maestros decepcionan, el Maestro nunca

  "Los maestros decepcionan, el Maestro nunca"


-¿Maestros o profesores?-


De cuando en cuando, algunos de vosotros nos ha denominado, de forma impropia, como Maestro. Yo, siempre lo agradezco como una deferencia y muestra de respeto; pero, en verdad, nos desagrada pues los "maestros" humanos, siempre, sin excepción son decepcionantes; en ese sentido, nos parece más correcto el Término de "Profesor".


Un Profesor es aquel que nos enseña ciertas materias; pero él mismo, como Persona, no es ejemplo vivo de sus propias enseñanzas. Por lo tanto, del Profesor se aprende sin que, necesariamente, tenga que convertirse para nosotros, en un "Ejemplo de Vida".


Cuando miramos a nuestros profesores, aquellos que durante nuestra trayectoria vital nos han enseñado cosas, como si fuesen nuestros maestros, invariablemente, terminan decepcionándonos, en tanto que se encuentran cargados de todo tipo de defectos y miserias humanas.


Yo soy consciente de que si alguien nos ve como su Maestro, terminaré siendo, para él, una terrible decepción. Una decepción que, probablemente, termine por desviarlo del Camino correcto que había emprendido. "Si éste Tío, su comportamiento es tal, seguro que nada tiene que enseñarme", ese es el pensamiento de aquellos que han terminado decepcionados por sus "maestros de turno", sin darse cuenta de que el "Camino" nada tiene que ver con el comportamiento de los múltiples profesores que lo señalan.


Nosotros somos conscientes de, tras los muchos años transcurridos, poseer un bagaje de conocimientos importante aunque insignificante comparado con el Conocimiento enciclopédico de la Humanidad. En ese sentido, conocemos, respecto a nuestra posibilidad de enseñar, más que algunos y mucho menos que otros. 


En nuestro Currículum profano se dice que hemos sido oficial electrotécnico, técnico en electrónica, fotógrafo profesional, comercial de aparamenta eléctrica, administrativo en el ámbito de los seguros, responsable de compras y mantenimiento y experto en entrenamiento personal, nutrición y salud natural; en ese sentido, sí consideramos que tendríamos algo, en nuestra mochila, para poder enseñar; pero estos conocimientos, en general, están sujetos a permanentes cambios que hace que, con el tiempo, la mayoría de ellos terminen convietiéndose en trasnochados y obsoletos.


Respecto a nuestra vida paralela como aprendiz de Ocultismo, en el sentido de espiritualidad esotérica, no hace falta repetirnos de forma innecesaria. Lo que trato de indicar es que todos tenemos la capacidad de aprender de los demás, convirtiéndose estos "demás" en nuestros profesores circunstanciales y, en ese mismo sentido, nosotros podemos también ser los profesores de alguien, aunque jamás lleguemos a ser conscientes de ello.


"Mas vosotros no queráis que os llamen Rabí (Maestro); porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos"

(Mateo 23:8)


Así, no nos agrada que se use el término Maestro para que otros se refieran a nosotros, ni tampoco nos gusta usar ese mísmo término para referirnos a aquellos de quienes algo hayamos aprendido.


Porque Maestro solo hay Uno, el Cristo o Maestro Interior. El único que jamás podría decepcionarnos y del único que podremos aprender nuestro singular Camino Espiritual.


Para los Estudiantes Rosacruces, en tanto que cristianos gnósticos, el uso del Término Maestro, Gurú, Rabí, u otros sinónimos, para referirnos a otros; es decir, a terceros, es a todas luces incorrecto; en tanto que Maestro solo existe Uno, Cristo, el cual vive dentro de nosotros, en nuestro Interior y debemos de ser conscientes de que solo Cristo es nuestro único y verdadero Maestro.


Así, el término más correcto para dirigirnos a aquellos de los que estemos aprendiendo algo es Profesor y no Maestro.


No, no estoy regañándo a los que, con su mejor intención, nos vienen denominando como Maestro, solo intento que veáis el asunto con una perspectiva más amplia y corrijáis el término; pues, en tanto que me viéreis como Maestro vuestro, con toda seguridad, terminaría decepcionándoos, pues no vayáis a pensar que carecemos de las debilidades humanas. Os asustaríais si nos conociérais en la intimidad. No somos ejemplo de nada, ni lo pretendemos y por eso os digo que es inapropiado e incorrecto que os dirijáis a mí como si yo fuese vuestro Maestro, cuando éste, el Único, vive en todos nosotros y su nombre es Cristo.


Si me veis mayor, canoso digno de respeto y consideráis que algo estáis aprendiendo de nuestra charlatanería emérita, llamadme Compañero o, a lo sumo, "Profesor" pero nunca Maestro.


Aralba R+C








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