miércoles, 15 de noviembre de 2023

14.- La Caída de Malkuth

  "La caída de Malkuth"


-El evento cosmológico que supuso el futuro del Universo-


Justo cuando se produjo el Big-Bang, el nacimiento del Universo, se originó una gran expansión que daría origen al Espacio-Tiempo.


Ese evento, un cataclismo cósmico descomunal, viene reflejado en el árbol de la Vida, con el desplazamiento de Malkuth, la Creación, hacia el exterior del árbol. Una caída que supuso un esfuerzo por parte del resto de sephirots, emanaciones de Kether, la Corona, para frenar esa caída debida a la expansión del Universo.


Eso supuso que Tiphareth se desplazara, voluntariamente, hacia el exterior del árbol con el fin de frenar la caída del resto de sephirots del Pilar de enmedio, dejando entre Kether y  un enorme vacío conocido como el gran Abismo y donde muchos han querido situar a una supuesta Sephira oculta y que se ha venido a denominar como Daath.


Pues bien, Daath, en tanto que Sephira del Árbol de los Sephiroth no es tal y solo se trata de la sombra dejada tras la ausencia de Tiphareth en su natural Plano de manifestación.


Es justo en ese abismo, donde, en muchas de la representaciones del árbol de la vida podemos ver una escalera, la escalera de Jacob, que uniría los planos caídos, con Tiphareth a la cabeza y Kether la Corona que representa al Pleroma y de dónde todos los Sephiroth emanan.


En Daath, la sombra de Tiphareth, está situada, como decimos, una escalera simbólica que comunica con dos mundos muy diferentes y que representa el estadio provisional de Shambala. El Gran Abismo no es otra cosa que la Esfera Reflectora de los Rosacruces y la Escalera, Shambala, un constructo temporal para que no se pierda la comunicación entre la Deidad y el Plano de su manifestación.


La Caída, controlada y voluntaria de Tiphareth está representada, simbólicamente, por el nacimiento del Hijo de Dios, su paso sufriente en la Tierra y su posterior ejecución y resurrección; es decir, representa el sacrificio de Cristo, Tiphareth, con el fin de redimir, salvar, a su Creación; el fruto del Árbol, Malkut, la Creación al completo.


La Iglesia Oficial ha personalizado, de tal manera éste asunto, que al común de los mortales se nos ha impedido entender la trascendencia de un sacrificio cósmico y que ha sido relevado a un mero evento "histórico humano" con el fin de redimir a la Humanidad tras la caída por el Pecado Original; es decir, que la Salvación, según ese limitado punto de vista, queda relegada solo a la Especie Humana, cuando el problema es que todo el Universo está implicado en esa caída debido a, suponemos, un error de cálculo por parte del Demiurgo, del Creador.


Así, tenemos que el sacrificio de Cristo, el Hijo de Dios, y que no deja de ser otro que el propio Demiurgo redenominado en nuestro Plano de existencia, supone una redención universal y no solo de los seres humanos; pero, ¿En qué consiste dicha redención?: En mantener la chispa divina, del Creador, unida a su Creación; es decir, impedir que la Materia degrade al punto de desvincularse, totalmente, del Plano Espiritual.


Esa redención expuesta, simbólicamente, en la pasión de Cristo, mediante el sacrificio del Cuerpo de Jesús de Nazaret, en realidad, se muestra en los primeros capítulos del Génesis cuando Dios, el Señor, insufla su propio Espíritu Vital en su Criatura, Adám, con el fin de que pudiera cobrar vida; es decir, poseer Alma. Quiero que entiendan la importancia de ese evento porque a partir de él, ese sexto día simbólico de la Creación, Dios, el Señor, Adonay, deja de actuar desde fuera representado por ese séptimo día de descanso y en el que aún nos encontraríamos actualmente, y ese comenzar a actuar, desde adentro de su Criatura, en tanto que Adam y su Progenie, la Humanidad, no solo nos representa a los seres humanos sino a la totalidad de lo Creado.


Ese Sacrificio realizado por la Emanación del Eón Sophía, nuestra Gaia Espiritual, la verdadera Madre de Dios el Señor, supuso frenar la Caída y que el Universo recién constituido no se convirtiese en un erial sin vida expandiéndose por toda la eternidad e infectando de forma inexorable al resto del Pleroma; es decir, del Cuerpo del verdadero y único Dios, el Incognoscible.


Es importante el que los estudiantes del Colegio Invisible de la Rosa Ruiz, tengan en cuenta que el sacrificio del Gólgota es la representación material de un verdadero sacrificio cósmico de naturaleza espiritual y que la redención no va dirigida solo a la Especie Humana que vive en la Tierra, éste apartado mundo de la Galaxia, la Vía Láctea; sino que se trata de una redención universal y dirigida a solventar un error, en origen, de proporciones cósmicas.


Un error que, como decimos, se produjo en el mismo instante de la Creación cuando el Creador tomó ciertas ideas del Pleroma e intentó darles forma espacio temporal; es decir, física dentro de una Burbuja Espacio Temporal, dentro del útero de su Madre Sophía. Cuando se produjo la explosión primigenia, todas las ideas, espíritus del Pleroma, fueron desgajadas y convertidas en partículas elementales, fotones y neutrinos; es como si las ideas hubiesen pasado por una suerte de trituradora cósmica. Si esto se hubiese dejado así y el sacrificio de Tiphareth no se hubiese producido, el seno de Sophía se habría corrompido y la enfermedad habría sido transmitida al resto de los eones y, por lo tanto, al propio Pleroma.


El Sacrificio consistió en esa integración del Creador con su propia Creación mediante su propio Espíritu Vital con el fin de que la propia Inteligencia de Dios, su Espíritu, pudiera frenar, desde el interior, la expansión producida en origen. Frenar y, posteriormente, conducir a la creación a su colapso con el fin de que todas las ideas, espíritus apresados en ésta burbuja de Espacio-tiempo, regresen a su Morada Original, el Pleroma, de donde proceden.


La Consciencia es la herramienta principal que se viene utilizando en el Proceso de Redención cósmica del Universo y es en ese proceso en el que tanto la Humanidad como el resto de seres conscientes del Universo nos encontramos inmersos.


Esperamos que, con lo anteriormente expuesto, se pueda entender el proceso de redención y por qué, gráficamente, el Árbol de la Vida nos muestra su actual disposición y no otra más equilibrada y pareja.


Aralba R+C


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