"No puedo, no valgo, no sirvo"
-El terrible error del pensamiento derrotista-
"Yo no sirvo para ésto"; "yo no puedo hacer eso"; "no tengo la suerte de tener ese Don". Todas ellas frases muy utilizadas por aquellos que, por miedo, sentido del ridículo o complejos diversos, no se atreven a emprender.
Son ya más de once años los que llevamos administrando diferentes blogs de Google y páginas de diferentes redes sociales, de forma altruista, y siempre, hasta el día de hoy, nos hemos topado con el mismo problema: la gente, en general, no suele intervenir con trabajos propios. A lo sumo, algunos comparten trabajos de viejos autores y la mayoría de ellos solo textos lapidarios, también imágenes de terceros.
Algunos, lo sé, me consta, no quieren compartir su trabajo por miedo a ser plagiados y perder sus derechos de Autor; pero ésto queda relegado al ámbito de los escritores profesionales o amateurs que, en el futuro, piensan dar ese gran salto; pero la mayoría, os lo aseguro, no escriben por miedo a ser juzgados por su, supuestamente, deficiente escritura, cargada de defectos gramaticales y faltas de ortografía.
Yo mismo he sido, penosamente, testigo de críticas hacía personas bien intencionadas y que no se manejan, de forma solvente, con el lenguaje; pero, eso sí, lo he visto en otras páginas que nada tienen que ver con nuestro "Colegio Invisible de la Rosacruz", ni su Átrio. De haber sucedido, que no ha sido así, habríamos eliminado los comentarios ofensivos y, posiblemente, bloqueado a sus autores.
Os lo digo de corazón; éste que se dirige a vosotros prefiere a esas personas bien intencionadas que hacen lo posible por compartir sus pensamientos, faltándoles los medios adecuados, que aquellos que pudiendo hacerlo no lo hacen por temor a ser juzgados, por miedo a ser copiados o, simplemente, porque no desean compartir sus ideas y prefieren, ellos, nutrirse de las de los demás.
No, no os preocupéis, no voy a hacer un nuevo llamamiento desde aquí a que colaboréis de algún modo; no sé, con preguntas o ideas originales. Las preguntas, para éste autor, son muy importantes pues realimentan nuestra imaginación. Funcionan a modo de "feedback" y que nos permite eludir el síndrome de la "Página en Blanco" y que, de vez en cuando, nos afecta a todos los autores, independientemente de que podamos ser profesionales o simplemente amateurs; es decir, que no vivimos de nuestro trabajo literario. No, en modo alguno intento forzarlos a que actuéis en contra de vuestros principios, independientemente de que pudieran ser correctos o estar equivocados.
El escribir, como el dibujo o la misma oratoria son vocacionales y si escribir resulta ser un trabajo para nosotros; sí, mejor estarnos callados porque no resultará placentero ni nos proporcionará plenitud en el Alma.
No, no os conminó a preguntar vuestras dudas, si es que las tenéis. No sé, quizá, equivocadamente, os sentís ignorantes por ello y no queréis sentir que hacéis el ridículo; pero lo que sí que os pido es que no escribáis si no tenéis nada importante que decir y; para nosotros no es importante que nos digáis "lo bueno que somos"; que "estáis de acuerdo con lo que decimos" o que "sos un Maestro" Maestro que, por otro lado, yo sé que no soy. No, mis queridos amigos, los halagos no son bienvenidos, necesito que lo sepáis; pero tampoco las críticas infundadas o los juicios de valor, provocados por sentimientos envidiosos, sin contenido edificante alguno.
No deseamos que se comparta el trabajo de terceros; generalmente de maestros muy conocidos y, en la mayor parte, ya fallecidos. Queremos vuestras ideas, lo que vosotros pensáis o aquellas cosas que dudáis y que os gustaría conocer; pero si no os atrevéis a exponerlas por cualquiera de los motivos ya mencionados, el grifo del Conocimiento seguirá estando cerrado para todos.
Quizá pienses, equivocadamente, que tus ideas son de tu entera propiedad y no desees compartirlas porque tienes previsto publicar algún libro por el que piensas recoger alguna compensación económica. Si es así, querido amigo, respeto tu decisión; pero te aviso que la mayoría de las cosas importantes para la Humanidad, por dicho motivo, jamás son publicadas ni, por lo tanto, conocidas, perdiéndose por períodos de tiempo prolongados.
Las ideas, pese a lo que digan las leyes de protección intelectual, no son tuyas ni de nadie. Son propiedad de todos, en tanto que las ideas son eternas y preexistentes, originarias del Pleroma y nos son proporcionadas para que nosotros las hagamos realidad en el Mundo de los Efectos. Si nos las guardamos para nosotros y no las compartimos es como si nos dieran un tesoro y lo perdiéramos por no ser usado antes de morirnos.
No entendáis este mensaje como algo personal, al igual que suelen hacer los pastores pidiendo el diezmo a sus feligreses. Solo se trata de que meditemos sobre ello para que, con el tiempo, perdamos el miedo al ridículo o a ser fusiladas, por terceros, nuestras ideas.
Un fuerte abrazo fraterno para todos.
Aralba R+C
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