viernes, 8 de diciembre de 2023

93.- Los siete cuerpos del Ser humano

  



"¿Los Siete Cuerpos del Ser Humano?"

-Entre el Agnosticismo y el Ateísmo-

Unos dicen que son el "Físico", el "Etérico" o Vital, el "Astral", el Mental, el ¿"Causal"?, el "Alma" y el "Espíritu Divino"; otros dicen que "Físico", "Emocional", "Mental", "Inconsciente", "Cultural", "Mágico" y "Trascendente"; pero hay otros que también dicen que son: el "Cuerpo Físico", el Cuerpo Etérico", el "Cuerpo Astral", el "Cuerpo Racional", el "Cuerpo Causal" otra vez, el "Cuerpo Intuicional", y el "Cuerpo Espiritual"; vamos, que existe un galimatías de denominaciones que confunde a cualquiera; pero ¿Esto por qué ocurre?...

Los seres humanos, sobre todo los creadores de contenido, poseemos, entremos todos y salga luego el que pueda, un Ego descomunal y como dice el Dicho "Cada Maestrillo tiene su librillo", el Ego no quiere parecerse a los otros e inventa su propio dialecto esotérico mediante una modificación del argot; pero, en el fondo, todos intentan decir lo mismo, ya sea con un argot, ya sea, entresacado de la psicología, del esoterismo teosófico, del Hinduismo o de la gnósis precristiana y del Budismo.

Por otro lado, otro vicio que poseemos la Especie Humana, es el de coleccionar, catalogar datos simples, fórmulas, convirtiéndolos en una suerte de complejas ecuacioned que, sin embargo, podrían reducirse a su mínima expresión o mínimo común denominador. ¿Alguien nos puede decir la importancia que tiene el que el Cuerpo sea Uno, Triple o Séptuple?. Si lo piensan un poquito verán que importa menos que un pimiento, ya sea para la evolución espiritual propia como de la de los demás.

Pero bueno, no obstante, siempre estamos dispuestos a repetirnos con el fin de que los rezagados de nuestras lecciones, o despistados, terminen aprendiendo de qué va esta Colección de Cuerpos. Una Colección que no posee sentido alguno si somos capaces de entender que solo existe el Uno; es decir, Dios, el Pleroma y que toda su Creación, incluyéndonos a nosotros mismos, formamos parte de Él y, por lo tanto, también de su indisoluble Unidad.

Ahora bien, por simples motivos didácticos expresamos que, según la Tradición gnóstico-cristiana, sin mucha complicación, el Ser Humano, aún siendo realmente una Mónada, a nivel Espiritual, sin embargo, su manifestación se refleja en la forma de tres, cuatro, siete, o muchos más según se mire.

Fíjense que el propio Jesús de Nazaret jamás propugnó algún tipo de Doctrina al respecto; pero, los exégetas religiosos y esotéricos, siempre tan minuciosos investigadores, especializados en revertir las fórmulas simples en complejas ecuaciones, cuando lo propio debería de ser justo al contrario, han decidido exponer que los seres humanos estamos compuestos, en principio, de tres partes ¿bien diferenciadas? El Cuerpo, el Alma y el Espíritu y donde el Cuerpo no vendría a ser otra cosa que una colección de minerales, productos químicos y funciones biológicas, el Alma o Ánima sería aquello que al Cuerpo lo hace manifestar movimiento y vida; siendo el Espíritu la parte Celestial del Ser Humano, en tanto que Idea procedente de la Mente de Dios; pero, mira tú por dónde, según avanzamos en la investigación, ese friso de tres partes la podemos, en principio, convertir en cuatro partes bien diferenciadas, el Cuerpo, el Alma Mortal, el Alma Inmortal y el Espíritu. Vaya merienda de negros, con perdón. Sí, porque resulta que, aunque el Alma parezca una sola, no lo es, en tanto que Ésta posee unos componentes mortales y otros inmortales; unos procedentes de lo más sutil del Cuerpo Físico y otros de lo más denso del Espíritu. Digamos, para entendernos, que el Alma es una suerte de amalgama de dos metales diferentes, utilizados para provocar una consistente soldadura entre el Cuerpo y el Espíritu ¿Se va entendiendo?, Ok; pero esperen que esto se va a complicar un poco más, porque como hemos dicho el Alma posee partículas muy sutiles procedentes del Cuerpo Físico, Caray, entonces no podemos decir que nuestro Cuerpo Físico sea homogéneo sino que, estos coleccionistas de datos y detectives de lo complejo, nos cuentan que el Cuerpo Físico está compuesto de una parte compacta y mineral y otra etérica, mucho más sutil, y relacionada con las funciones vitales del Organismo; pues bien, estas divisiones del Cuerpo Físico, que los menos rigurosos determinan como cuerpos diferenciados, se corresponden con diferentes planos de densidad denominados, en el Argot Esotérico, como Mundos.

Así tendríamos que el Ser Humano estaría compuesto por la siguiente gradación corporal y que se corresponde con esos planos existenciales o mundos de los que hablamos.

El Cuerpo Físico se corresponde con la parte densa del Cuerpo. El Cuerpo Vital que se corresponde con la parte más etérea; es decir mas sutil, de éste.

A continuación tendríamos el Cuerpo de Deseos, necesario para la manifestación del Ser Humano en los planos del bajo astral; es decir, que si el Cuerpo mineral y vital son imprescindibles para que los seres manifiesten forma y vida, el Cuerpo de Deseos es el responsable de que los seres vivos podamos manifestar emociones. Pues bien, esas emociones no solo se manifiestan, como efectos, en el Plano Físico, sino que sus causas se originan en el Mundo de Deseos o el Plano Astral. No vamos a complicar, de forma innecesaria, está exposición; pero debemos dejar claro que, el Mundo de Deseos también posee diferentes gradaciones o niveles de existencia, aunque lo dejaremos para exposiciones posteriores.

Así, tenemos, un Cuerpo Denso, otro Vital y otro de Deseos, ya llevamos tres, y que no son otra cosa que el vivo reflejo del Triple Espíritu del Hombre que veremos a continuación.

El siguiente Cuerpo de los seres humanos; es decir, el cuarto, no es otro que el de la Mente; pero miren ustedes por donde, que el Plano de Existencia, origen de la Mente, está subdividido en otros dos plano, el más denso se conoce como de la Mente Concreta y el más sutíl y cercano al Espíritu como de la Mente Abstracta.

Antes de saltar al Triple aspecto del Espíritu debemos decir que la Mente, nuestro cuarto cuerpo, funciona, a modo de lente, como el punto focal que permite que el Triple Espíritu pueda manifestarse mediante el Triple Cuerpo que ya hemos visto.

A continuación tenemos el sutilísimo Cuerpo del Espíritu Humano, el Cuerpo del Espíritu de Vida y el más elevado y sutíl de todos, el Cuerpo del Espíritu Divino; pues bien, los cuales se corresponden con el Mundo del Espíriru de Vida y el más elevado del mundo del Espíriru Divino.

Adjunto, en el encabezado, mostramos un breve esquema de éste galimatías de cuerpos y mundos que, una parte de la Tradición Rosacruz nos ha traído hasta nosotros. Pues bien, todo lo dicho es correcto y, muy probablemente, existan muchas divisiones más o gradaciones, frisadas, y que estos coleccionistas de lo complejo podrían decir, en caso de descubrirlos y catalogarlos, que son nuevos cuerpos, elevándolos, éstos, a una cantidad indefinible.

Claro, todo ello es una auténtica barbaridad que, si lo miran bien, no sirve más que para complicar, innecesariamente, la comprensión de la formación de nuestra Naturaleza como Seres; pero bueno, quede como ilustración de que los sabios rosacruces del pasado ocuparon parte de su tiempo en descuartizar al Ser Humano y catalogar su despiece corporal, no conocemos muy bien con qué motivo; quizá para intentar entender por qué existimos en éste Mundo y qué relación podría tener con el Mundo Espiritual.

Sirva, no obstante, ésta reflexión para los más curiosos; pero, quizá, también para dar respuesta a aquellos que, sin darse cuenta, han llegado a algún tipo de conclusión emocional semejante.

Aralba R+C





 


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